Este apostolado atento a las necesidades que tienen las personas que viven en situación de calle, la carencia de las necesidades básicas, afecto, techo, comida y soportando el miedo, el desprecio y la indiferencia que día a día reciben de la mayoría de las personas que se cruzan en su camino; y consciente de la aparente dureza y agresividad en que se pueden comportar, se encarga de entregar el mensaje del almor de Cristo, atraves del acompañamiento y de un compartir en donde se les escucha y se les entrega dàdivas como comida y ropa.
Este apostolado nos ha enseñado que siempre hay más alegría en dar que en recibir, aunque en muchas ocasiones es más lo que recibimos de estas personas que no tienen nada, en agradecimiento sincero, afecto y protección.